Es hora de que tomemos conciencia del manejo racional de la basura.
Una opción es generar menos residuos eligiendo concientemente los elementos de consumo y evitar aquellos que posean gran cantidad de material descartable (como ser cajas enormes para su reducido contenido, envases no retornables, etc.), como así también evitar bolsas plásticas no retornable, utilizando las conocidas bolsas de compras o changos que se utilizaban en otra época.
Otra opción es tratar los residuos generados de forma de reducirlos o convertirlos. Hay procesos selectivos que permiten tratamientos específicos de manera de contaminar lo mínimo posible. Para ello es necesaria la participación de todos en el proceso de separación de los mismos.
Una forma de llevar a la práctica esta opción es a través de la utilización de la basura orgánica para generación de gas y fertilizante.
En varios lugares del mundo, entre ellos en Argentina ciertas comunidades brindan un tratamiento responsable con la basura.
Antecedentes Biodigestores argentinos
En 1988 se realizó un biodigestor para estiércol (tambo escuela granja de la Universidad Nacional del Litoral) del cual se extrae biogas para agua caliente y cocina del tambero.
En 1993 se ejecutó un biodigestor en escuela rural de Los Cerrillos del cual se extrae biogas que alimenta la cocina del comedor escolar.
En 1995 se realizó un biodigestor para alimentar de biogas a una cocina del comedor para 400 chicos por día en Alto Verde. También el mismo año, en Monte Vera, se efectuó un biodigestor alimentado por la materia orgánica de los residuos urbanos recolectados y clasificados, entregando biogas para un criadero avícola.
Después del ´95 seconsumaron más de 20 biodigestores en guarderías infantiles, hogares, centros comunitarios y comedores escolares en Santa Fé, Buenos Aires, Córdoba y San Juan.
En 1999 se llega a la primera planta del país para tratamiento de residuos sólidos urbanos mediante biodigestor de 150m3 con producción de biogas para una población de 10.000 habitantes.
Un ejemplo claro es la conocida experiencia de Emilia, es un ejemplo en la producción de combustibles renovables y limpios. Desde hace seis años, funciona allí un biodigestor capaz de reciclar 250 kilos de basura orgánica (toda aquella que puede descomponerse: restos de comida, cáscaras de verduras) por día y transformarla en unos 25 metros cúbicos de biogás, equivalentes a 12 kilos de gas envasado diarios.
Un digestor de desechos orgánicos o biodigestor es, en su forma más simple, un contenedor cerrado, hermético e impermeable (llamado reactor), dentro del cual se deposita el material orgánico a fermentar en determinada dilución de agua para que se descomponga, produciendo gas metano y fertilizantes orgánicos ricos en nitrógeno, fósforo y potasio.
Las ventajas principales de los biodigestores son:
1. Permite disminuir la tala de los bosques y la utilización de gas envasado.
2. Diversidad de usos (alumbrado, calefacción, cocción de alimentos, producción de energía eléctrica y otros).
3. Produce biofertilizante rico en nitrógeno, fósforo y potasio, capaz de competir con los fertilizantes químicos, que son más caros y dañan el medio ambiente.
4. Elimina los desechos orgánicos contaminante del medio ambiente y fuente de enfermedades para el hombre y los animales.
No es impensado la ejecución de un biodigestor por barrio. Para la ejecución de un mini biodigestor no hace falta demasiado dinero ni tiempo, lo importante es la alimentación y el cuidado del mismo. Por eso lo más importante, en estos emprendimientos, es la participación de la comunidad, de ella depende el éxito.
No dejemos caer siempre la responsabilidad en el otro. Si cada uno sería responsable por el lugar que ocupa en la comunidad, mejoraría visiblemente nuestra calidad de vida cotidiana. Vivamos el presente, acordándonos del pasado y pensando en el futuro.
